Ingenuidad a precio de sangre

Reía sin parar como si hubiera ganado una batalla. Sus ropas estaban manchadas, de un tono rojizo intenso y oscuro. Sus ojso reflejaban su satisfacción y la saciedad de su sed.
-realmente los humanos son ingenuos- Seguía riendo como una esquizofrenica y no era para menos, hoy por hoy, a la poca luz de la luna Laurette había logrado saciar su sed.
A varias cuadras de ella un gran lamento se escuchaba, y anunciaba la perdida de quizá un ser querido. Saltó hacia una casa y caminó por el techo pacientemente.

Como si pasara un tornado, Razhiel aparece en el techo, tras oir las carcajadas de la vampira.
-A parte de ingenuos, deliciosos, no? -se acerca prepotente, pero feliz,con su dedo indice pasa por encima de un poc de la ropa manchada de sangre, impregnandolo un poco, y lo chupa, con placer- pero, a veces pueden timarnos, no pueden menospreciarse.

Enarca una ceja como preguntandoce de donde diablos salió. -claaaaro, bastante deliciosos, y sí, no somos quienes para menospreciarlo, después de todo son parte de nuestra cadena alimenticia no? jajaja- miró y siguió el dedo del vampiro -de que te las das vampirito? andas en busca de algo en especial?- acto seguido limpia su pecho, por donde habia pasado el dedo el sujeto, como si se sacudiera el polvo.

-No jueges de prepotente, raza inferior, no estoy para que me alzes la voz. Ademas, no me trates como enemigo, ambos somos del Sabbat, estoy seguro. -lo podia afirmar, por que leia su mente, la toma de las mejillas, acerca peligrosamente sus labios a los suyos- Aunque,algo especial se me antoja cuando te veo, a pesar de tu juventud, hueles delicioso, como a maldad pura.

Su rostro es nulo, solo mira con seriedad al vampiro. No le dice nada incluso al tenerlo frente a frente a su cara; lleva su mano y la antepona entre sus bocas, y con su dedo índice recorre el labio inferior de él y con la uña al mas mero roce lo hace sangrar. Una media sonrisa se forma en su rotro y mira con atención la gota de sangre, la cual con la punta de su lengua recorre el corte y lame suavemente provando. Se aleja un poco -si, como pensaba, eres de raza real, ya me extrañaba tanto egoncentrismo para tan poca cosa- voltea dandole la espalda -por cierto...no tengo animos de jugar a lo que estás pensando- se relame sus propios labios.

-Ja, mira quien habla, tengo 12000 años, soy de la
mas alta elite del Sabbat, y me llamas poca cosa. No te rebano la
cabeza porque no se me antoja hacerlo, seria un desperdecio de energia,
seria demasiado facil, jovenzuela. Ya que no quieres jugar, queria
hacerte una pregunta... -aparece justo en frente de ella- Sabes
que este maldito sitio es neutral, ¿aun asi te animas a venir a matar
humanos? No es que me interese, es mas, yo hago lo mismo, pero nuestra
legion esta llena de cobardes.

Lo mira despreocupada y suspira profunda y exageradamente -me da absolutamente lo mismo...son ellos los culpables por no acatar ordenes, cuando se les dan un consejo deben seguirlo...por su propio bien, en fin, me gusta que hayan humanos así, son mas utiles....je- las palabras que le habia dicho él al principio le resbalaron, pues todos hablaban de sus años y ese tipo de cosas; a ella sinceramente le daba igual, a veces el mas poderoso no es el que tiene mejor apariencia. -Laurette, para servirte...pero cuidado con lo que pides- sonrió -puedo saber tu nombre?-

-Tu caracter altanero es casi como el de un vampíro real, es una lastima que no lo seas. Mi nombre es Razhiel, es un placer. Y todo lo que pido y deseo, siempre se cumple...creelo.

Le da la espalda, como pensativo, por un momento se dejo llevar por un pensamiento extraño. Saco un puro, hecho de una amalgama de sangre, que el mismo fabricaba, y lo empezo a fumar, tranquilamente.

-Se acerca la hora... de que el Sabbat retome lo que es suyo. Lo presiento.