En el interior

-O quizas sea una mimosa gatita a la cual le gusta recivir caricias de su amo.-

Lo ultimo lo dijo con un cierto tono de sarcasmo metiendose por completo en el ataud, rodeo el cuello del damasto con sus brazos, se estaba dejando atrapar por puro placer y diversion, le dio un corto beso dejandolo deseando mas y clavo su misteriosa mirada en sus ojos.

-O quizas un poco de todas jajaja.-

Algunas y escasas velas se encendieron, solo las suficientes para poder ver la tersa piel de la felina vampira. Con la Cordewa dentro del ataud y el apoyado a un lado, quitose la gabardina y la dejo caer al suelo, aun portaba una de sus garras, observo un momento a la vampira y comenzo a bajar su cuerpo hacia el de ella, movio una rodilla y acomodandola atrapo la cadera de la chica entre estas. Sus rostros estaban juntos y el damasto lo movio lentamente, jugando con la nariz de la chica y atrapado por los ojos de ella, movio sus manos y las aferro a las muñecas de ella, las que comenzo a subir pos sobre la cabeza de la Cordewa. Apreto las dos muñecas con una mano y bajo la garra rozando su brazo, su mejilla, garganta y deteniendoce en su hombro donde lentamente comenzo a cortar la prenda, le sonrio y mordio el labio inferior de la vampira.

El damasto siguio cortando hasta llegar a la altura de la cadera de la vampira, se quito el guante y lo lanzo lejos de ahi, deslizo la misma mano sobre el abdomen de la cordewa y acaricio su piel, usando sus dedos la recorrio por el costado hasta llegar a su hombro. El ruido del metal crujiente y en movimiento se hizo presente algunos instantes, se deslizaban cual serpiente sobre una presa, esta eran las muñecas y tobillos de la vampira. Drood tenia mas que claro que simples cadenas no la tendrian prisionera, pero despues de todo,solo era un juego, bajo su, ahora, desocupada mano hasta la mejilla de la chica, recorriendole el brazo.
mordio el costado de los labios de la chica y le arrebato un beso.

Tiro de las cadenas sin poder librarse de ellas, claro porque no queria, un fingido gimoteo de niña salio de sus carnosos labios, los cuales dejaban ver sus blancos colmillos, sus anaranjados ojos se cerraron disfrutando de las caricias del damasto.

-Mmm... me atrapaste... Drood.-

Drood sonrio, la actuacion de la chica lo hacia mas divertido. Mientras le besaba bajo sus manos rosando su pecho, sus senos y vientre, coloco ambas manos en la rasgadura del vestido y con un tiron fuerte y preciso termino por abrirlo, lo aparto acariciando con una palma su abdomen y moviendo la otra sobre el muslo de la Cordewa.

El damasto mordio la barbilla y siguio incandole los dientes a medida que bajaba por su garganta a su pecho, y luego a su vientre, lamio el costado de su ombligo y lo mordio, sigui bajando hasta encontrarce con el tatuaje, se le quedo mirando un poco y sonrio, comenzo a subir rosando con su rostro la piel de la chica. Una mano describia circulos en el muslo y la otra buscaba el broche del sujetador en la espalda.

-Lindo ¿No?-

Sonrio los roces y caricias causaban un cosquilleo en su cuerpo que le hacia removerse un poco en el ataud, las cadenas de sus tobillos le estaban dejando una marca pero no le incomodaban. Esos ojos debajo de su obligo parecian mirar fijamente al damasto, no era un tatuaje comun y corriente.

Volvio a los ojos de la vampira -encantador- susurro en su oido, mordio el lobulo de ella y comenzo a lamer su cuello. Logro desabrochar el brasier pero no lo quito, llevo la mano hasta la mejilla y poniendo el pulgar en la barbilla giro el rostro de la cordewa, ahora podia disfrutar de su espacioso y terso cuello con facilidad, inco los dientes, lamio y beso. La mano en el muslo dibujaba circulos recorriendo la pierna y rozando la ropa interior de la dama.

La vampira se retorcia apasiblemente, el damasto no crei que las cadenas fueran tan resistentes, un olor familiar comenzo a invadir el ataud, Drood sonrio y abandono el cuello, comenzo a recorrer el brazo con su lengua y mordiendo la suave piel, se detuvo en las muñecas, olisqueo y comenzo a lamer las pequeñas heridas antes que cerracen.

sus manos jugueteaban en el vientre de la vampira y de cuando en vez subian a su pecho soltando el sujetador.

-Debes sentirte afortunado no todos los dias bebes sangre de una cordewa.-

Su ronroneo era profundo y seductor, invitando al damasto a que valla por mas, la lujuria lo emanaba cada parte de su ser especialmente su mirada por mas gelida que pareciese. Tiro como si nada de las cadenas de sus tobillos ya se habia cansado de ella en especial porque rosaban su hermosa piel.

-No todas las noches una cordewa tiene ganas de jugar- le susurro con un hilo de voz, aun lamiendo las heridas puso escuchar como las cadenas cedian, sonrio, era tiempo de actuar. Drood bajo por el brazo de la vampira, besandole y lamiendo su tersa piel, paso por su cuello, subio a su mejilla y se detuvo en sus labios para besarle con fuerza, como provocandola a que terminara de una vez con los grilletes, se separo de su boca y le calvo la mirada, volvio a sonreir y mordio el costado de sus labios, su barbilla, su garganta, bajo a su pecho y recorrio uno de sus senos, el sujetador cayo, mordio el pezon y dibujo el borde de este con su lengua, una mano acompañaba los movimientos acariciando el otro seno. Siguio recorriendo el tibio cuerpo, bajando a su abdomen y vientre, deteniendoce en los felinos ojos, movio sus manos y solo con dos dedos comenzo a quitar la ropa interior de la Cordewa, a medida que se deslizaba por la pierna se iban consumiendo por una llama azul, alzo los ojos hacia el rostro de la dama y se sumergio entre sus muslos para saborear la zona.

-No todos los dias encuentro a un vampiro travieso... miaaau.-

Ropio por completo las cadenas de sus muñecas volviendolas polvo al sentir como el damasto se sumergia en esa zona tan sensible en la mujer, ahora que estaba libre todo seria mas facil. Empezo a recorrer su propio cuerpo hasta llegar a sus senos y pelliscar sus pezones.

La dulce voz de la vampira, mas el sonido de las cadenas destrozadas fueron musica para el damasto, sonrio y moviendo las piernas de la Cordewa se sumergio por completo, introduciendo su lengua por completo y ayudandoce con los dedos de una mano. Su otra mano se mantenia en constante movimiento, recorriendo y apretando los muslos, la cadera y las nalgas de la vampira.

Posando su mano en el vientre de la vampira y atento a sus movimientos fue explotando cada vez con mayor exactitud las caricias en su entre pierna, introducuiendo por completo su lengua, mordiendo y tanteando con sus dedos y no se detuvo hasta la cordewa luego de una ascendente agitacion quedace paralizada escasos segundos.

Relamiendoce recorrio su piel camino sus labios, la miro a los ojos y le beso con fuerza. Una mano descanzaba sobre su seno y la otra en su cadera, la escasa ropa que portaba lentamente fue evaporandoce hasta desaparecer por completo, acto seguido las ociosas manos comenzaron a juguetear en la piel de la vampira, apretando y describiendo pequeños circulos. Drood levanto un poco su cadera y acomodo a la cordewa bajo el, se separo de sus labios para morder su cuello y de improviso penetro con fuerza a la lujuriosa dama, un gran suspiro entrecortado escapo de los labios del Damasto, al parecer no habia medido la fuerza, mas pronto comenzaria nuevamente a mover su cadera a un ritmo suave y pausado.

-Ahhhh...-

Una gran gemido escapo de los labios de la cordewa al momento de ser penetrada, este hizo eco por toda la cueva hasta por fin perderse, pero pronto seguido empezaron a escapar suspiro y gemidos entrecortados. Clavo sus garras arañando la espalda del damasto para luego lamer la sangre que habia quedado en sus dedos.

las garras de la vampira cortaron su piel, un suspiro e inmediatamente despues una sonrisa se dibujo en su rostro, le agradaba que jugacen rudo. Mordio su cuello, lamio su garganta y bajo a su pecho, beso la superficie de su seno y lamio el contorno de su pezon, el que luego mordio con fuerza, volvio a su rostro donde mordio su barbilla, para asi cazar sus labios. Una de sus manos se apoyaba en la cadera y asi mantener el ritmo ascendente, la otra comenzaba a juguetear sobre el seno de la dama.

cuando llego a sus labios lamio el dulce nectar, le mordio para que brotace un poco mas y finalmente comenzo a besarle introduciendo su lengua. Las caderas del damasto se movian a un ritmo vertiginoso, haciendo eco por toda la habitacion y sus manos recorrian la tersa y calida piel de la cordewa, usaba solo la llema de sus dedos al llegar a las piernas y muslo y toda la extencion de su mano cuando subia por su costado.